sábado, 24 de noviembre de 2012

La Casa De Los Libros

Érase una vez un hombre leyendo en el balcón. De repente una ráfaga de viento se llevo las letras de su libro, después la ráfaga, llego un tornado que se lo llevo todo, él intento salvar el libro a todo costa, lo consiguió. En aquel sitio no quedaba nada en pie y por ello decidió irse, así lo hizo.
Por el camino se encontró con una mujer que gracias a los libros volaba, en ese momento la mujer mandó con el, a un libro que iba con ella, y este le guió.
Llegaron a una casa repleta de libros en la que él se quedó a vivir. Los libros le ayudaban, le despertaban, le vestían y él los forraba, les daba comida, etc.
Un día un libro viejo se rompió y se hizo hojas, el lo intento arreglar, pero después de arreglarlo seguía sin vida y uno de los demás libros le dijo que lo leyera y así lo hizo, poco a poco el libro volvió a la vida y todos fueron felices.
Él empezo a escribir su libro y a dar los que había, para que hicieran compañía a la gente.
Pasaron muchos años y él termino su libro, ya era un anciano y por ello los libros le rodearon y se lo llevaron volando, en ese momento apareció una niña y los libros que se quedaron volvieron a sonreír.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El Árbol Del Dinero

Cuentan los viejo de la aldea, al otro lado de las montañas, existía un árbol del dinero. Si lo agitabas una vez,  daba monedas de bronce, si lo hacías dos veces, de plata ; si tres, de oro.Todo esto Bili lo escucho y fue, lo agito una vez y callo una moneda de bronce, después callo una de plata por haberla agitado dos veces, al agitarla tres veces callo una de oro, como digeron los ancianos, lo quiso volver a agitar cuatro veces y al hacerlo callo sabia de  árbol dejándole las manos pegadas con las monedas en ellas, al intentar despegarlas se le desgarraron las manos con las monedas en ellas y volvió pero nunca llego a casa.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Carta al Director

Señor Director:

He visto la noticia de Amanda Todd en su periódico y en mi opinión ha sido culpa del alumnado de su instituto que si la hubiera apoyado no la habría afectado tanto y no se hubiera suicidado.
Eso no le quita culpa al acosador que, aparte de humillarla en su instituto, después de mudarse la volvió a humillar.

Le saluda atentamente.
Firmado:
Jon Zabalia 
Alumnado 3 ESO